martes, 16 de septiembre de 2014

EL EQUILIBRIO

Cada vez es más normal conocer personas extremistas. O blanco o negro…
No tienen punto medio. O estás muy triste o súper contenta, quieres todo o no quieres nada… Y no se trata de un estado de ánimo de una mujer, tal y como lo pueden catalogar algunas personas, sino de una parte de esta sociedad que está DESEQUILIBRADA.
¿Cuántas veces hemos oído estas frases?

…TODOS LOS HOMBRES/MUJERES SON IGUALES…
 “…ES QUE ME HAN HECHO MUCHO DAÑO…

Circulan por todas bocas de forma habitual, como si diciéndolo quisiéramos advertir algo, catalogando a todas las personas por igual. Dejando el corazón siempre de lado como si mandáramos en él.
Y yo me pregunto, en cuanto al tema del amor, ¿dónde está el equilibrio?
Cuando conoces a una persona automáticamente la analizas. Cuando llevas un  tiempo en este mundo de “citas” se podría decir que en la tercera vez que os veis ya sabes si esa persona te gusta o no. Si no te gusta continúas tu viaje, pero… ahora viene realmente el “INTRINCULIS”.

¿Y SI TE GUSTA?

Primero tienes una sensación de estar en una nube, una nube de la que no quieres bajar, pero sabes perfectamente que el único camino para volver a tierra firme es SALTANDO. Dándote de nuevo de bruces contra el suelo. Eres muy consciente de ello, pero solo hay dos caminos o arriesgas todo o no arriesgas nada, no hay posible punto medio. No existe el equilibrio porque en el momento que no arriesgas nada no te mueves, evitas sentir, evitas lo evidente. Y si lo arriesgas todo sabes que es posible que te hagan daño pero también cabe la posibilidad de que no sea así.



Yo solo puedo creer que el único punto medio en esta balanza, el gris entre el blanco y el negro, el EQUILIBRIO se trata ni más ni menos que del MIEDO.

El miedo es el causante de que en ocasiones no disfrutemos del viaje tan placentero que es el amor. Sentir miedo puede que nos mantenga en medio de esa balanza, pero yo, que me considero una persona “desequilibrada” prefiero estar en los extremos. O te quiero mucho o no te quiero nada, el amor no entiende de medias tintas. A pesar de que en ocasiones sientas morir de dolor, de que el golpe no haya sido amortiguado, debes levantarte y seguir. Llega un momento en el que antes de caer aprendemos a ponernos un casco, porque somos conscientes de que al arriesgar cabe la posibilidad salir heridos.


Así que no debemos quedarnos en medio de la balanza porque realmente la única forma sensata de amar es con LOCURA.

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